Todo nuestro cuerpo está recubierto de un tejido conocido como fascia.

Todo nuestro cuerpo está recubierto de un tejido conocido como fascia.

La liberación miofascial es una técnica que ayuda a mantenerlo en un estado óptimo, para prevenir el dolor y los problemas de movilidad. En la práctica deportiva esta técnica es de suma importancia  para un óptimo funcionamiento del organismo.

La fascia es una membrana fibrosa de tejido conectivo que envuelve los músculos, forma las cápsulas articulares, los tendones y los ligamentos. El tejido conectivo tiene tres componentes: células, fibras (colágeno, elásticas, reticulares) y substancia fundamental. Esta última compuesta por polisacáridos, especialmente por el ácido hialurónico, que absorbe mucha agua.

La importancia de la fascia

La fascia viene a ser como una segunda piel, todo el cuerpo está envuelto por tejido conjuntivo. Los músculos, huesos, tendones, nervios, vasos sanguíneos, hasta las vísceras están envueltos por este tejido y por lo tanto todo el organismo está interconectado sin interrupción por las fascias. Este sistema de fascias tiene una extraordinaria capacidad de deslizamiento y desplazamiento. Nos envuelve como un guante conectándolo todo, así que, cualquier pérdida de movilidad en una parte de la misma afectará en diferente medida a otras partes del organismo. Y esto es de suma importancia cuando encontramos los “señuelos” en el pie opuesto al del dolor reflejo.

 A los movimientos de la fascia se puede acceder por diferentes vías ya que se conecta principalmente a través del sistema nervioso. Se mantiene siempre en un equilibrio dinámico debido a que es tejido conectivo. Se compone principalmente de dos proteínas, como las fibras colágenas (colágeno) y elásticas (elastina). En el embrión comienza a formarse a partir del mesodermo que es la capa germinativa intermedia de las tres que se forman en los primeros estadios del desarrollo. Entre las células que podemos encontrar en ella están los fibroblastos y los fibrocitos.

Las fibras colágenas son flexibles y muy fuertes pero con poca capacidad de extensión. Forman la masa de la fascia, del tendón y del ligamento. Están compuestas principalmente por fibrillas reticulares.

Las fibras elásticas tienen más capacidad de estiramiento y su longitud y grosor varían según la tensión que soporten. Su composición principal es de proteínas.

Como las fascias están compuestas por las proteínas como, la elastina y el colágeno, que están inervadas por el sistema nervioso tanto motor como sensorial y presenta capacidad para responder a los estímulos del mismo, ya sea contrayéndose o relajándose.

Cuando el complejo alcanza el límite de expansión se produce una contracción elástica refleja y al tiempo una sensación subjetiva de dolor.

La fascia como elemento conductor

Hay una substancia fundamental en la fascia a parte de las fibras elásticas y colágenas que unas veces está más líquida y otras más sólida que se encarga del transporte de materiales metabólicos por el cuerpo.

También se sugiere que tiene capacidad de conducción eléctrica y su coeficiente de conductividad se puede ver alterado cuando está contraída. Esto explicaría la pérdida de conducción de los meridianos en las zonas donde se producen cicatrices importantes ya que afectan directamente a la fascia rompiendo su recorrido electromagnético además de provocar grandes tensiones en la zona e incluso en lugares alejados del cuerpo, causando dolor.

La disfunción miofascial representa la falta de una correcta función estabilizadora.  En presencia de la disfunción se produce una sobrecarga en todos los segmentos del sistema fascial, particularmente en la columna vertebral, alterando el funcionamiento de la estructura corporal.

Además se puede crear una descoordinación de los movimientos a todos los niveles y en los segmentos corporales. 

La disfunción miofascial no es directamente el problema muscular pero implica a los músculos. 

La disfunción miofascial es el cambio de la altamente organizada onda de movimientos especializados a través de la matriz viviente.

La fascia nos manda señales

Desde el enfoque de las patologías miofasciales debemos recalcar el hecho que el desequilibrio y la disfunción miofascial se producen antes del inicio de la “enfermedad” como tal. 

En presencia de una disfunción, todo el sistema miofascial participa en la construcción de un nuevo nivel homeostático para un óptimo funcionamiento del organismo. 

Es muy interesante investigar lo que sucede con algunas cicatrices durante una sesión de Neuro Reflexoterapia Podal Integral, ya sean por traumatismos o cirugías, porque podrían estar directamente relacionadas con una sintomatología. También sucede con las duricias, callos, surcos, etc. El bloqueo que puede originar una cicatriz u otra anomalía en la fascia, puede llevar incluso a una alteración del sistema musculoesquelético u otro.

Cuando se está trabajando un punto reflejo,  pongamos como ejemplo en la coxalgia (dolor en la articulación de la cadera), al presionar el punto doloroso, se produce un dolor muy específico, e involuntariamente el pie comienza a moverse de forma muy sutil, buscando una postura donde colocarse para que el dolor disminuya y desparezca. En el caso de personas muy sensibles, estas llegan a percibir micro movimientos en la cadera, y al llegar a un punto de liberación, estos movimientos se detienen progresivamente,  al igual que  el dolor en la zona refleja. Este proceso es de una sutileza extrema y se debe estar muy centrado para captarlo. Nunca me cansare de decirlo y comentarlo, la intención es fundamental, lo que el terapeuta piensa y se propone realizar, que permite nombrar a la determinación de la voluntad hacia un fin. Lo intencional es consciente  y se lleva a cabo en post de un objetivo…

Esto no quiere decir, ni mucho menos, que en una sesión se consiga liberar totalmente una articulación, pero si se va a apreciar una mejora y así se consigue un tratamiento más eficaz y duradero.

Una experiencia personal con la fascia

Recuerdo una persona, coordinadora del área de fisioterapia del hospital de V., que acudió a la consulta con un diagnóstico de una osteopatía dinámica de pubis. La osteopatía dinámica de pubis o entesitis pubiana, es el síndrome doloroso de la encrucijada pubiana (dolor referido en la zona del pubis). Es un dolor difuso que se instala durante semanas o meses, primero al realizar actividades deportivas y después en la realización de las actividades de la vida diaria, si no se trata rápida y adecuadamente. A menudo lo que provoca el dolor es una hipermovilidad de la sínfisis púbica.

 

Tras 3 meses probando diferentes tratamientos sin obtener un resultado satisfactorio, acude a la consulta. Al explicarle el método de trabajo que se iba a llevar a cabo, me comentó que él había estudiado reflexología podal (un cursillo de 64 horas lectivas) en la facultad y que eso no funcionaba…!!!

Cuando le explique en que consistía mi método, se quedo extrañado y perplejo, no era eso lo que se le había enseñado…???

La zona refleja de la inserción de los aductores en el hueso púbico manifestaba  una sensibilidad extrema. A los 25 minutos de tratamiento,  no daba crédito de como se había reducido la sensación dolorosa. Y al termino de la sesión no supo que responder al resultado tan espectacular que se había obtenido y a la eficacia de ese método reflexoterapeútico.

Las gonalgias (dolores de rodilla ), las omalgias (dolores de hombro), como patologías funcionales pueden provocar una impotencia funcional de moderada a grave… Y la causa puede ser emocional o visceral…

Gracias a un buen estudio y entendimiento de lo que reflejan los pies, sabremos perfectamente por donde orientar nuestra técnica de reflexoterapia. Estas informaciones pueden llegar a tener un valor importantísimo. No quiero detenerme en estas alteraciones, pero que las psicosomatizaciones suelen tener unos efectos muy perniciosos en el cuerpo físico, eso, está ya más que demostrado.

Si además un traumatismo, como consecuencia de un accidente, se queda “archivado en la memoria” del tejido, una fuerte emoción sufrida en ese momento, el dolor puede persistir durante años aunque la lesión esté perfectamente curada.

Esa parte “Somato-Emocional” da unos resultados espectaculares, casi mágicos, según los pacientes.

Ahora, y a través de mis más de 40 años de experiencia con la Reflexoterapia Podal, veo que también desde el pie podemos provocar esa misma liberación por los puntos reflejos. Sólo tenemos que escuchar al cuerpo y aprender a seguirle, en lugar de intentar dirigir nosotros el trabajo. No curamos a nadie, sanamos algunos aspectos y armonizamos cuerpo , mente y espíritu. La curación se produce gracias a la ayuda que aportamos y a los mecanismos intrínsecos de la misma persona, que se ponen en funcionamiento para restablecer la salud.

José Manuel Abad

Profesor de Neuro Reflexología Podal Integrativa en la Escuela Mans