El temporal GLORIA persiste en aporrear mi ventana con abundante lluvia y fuerte viento. Me pregunto qué diría la Medicina Tradicional China (MTC) sobre esto. Sí, lo del cambio climático está claro, pero eso son las causas. La lluvia y el viento son los síntomas. Lo mismo que cuando vamos al médico por qué tengo fiebre o dolor. Eso son síntomas. El origen puede ser múltiple: un día frio con poco abrigo, trabajar en una guardería llena de niños griposos, etc. Las causas ahora no las puedo arreglar. Las puedo conocer para que en un futuro no me vuelva a enfermar.

 

Como acupuntor mi trabajo inicial será disminuir los síntomas. Luego propondré cambios de hábitos como alimentación o actividad física entre otros. Para la metáfora que estoy utilizando lo que quiero reducir es el viento y la lluvia que no han cedido en tres días.  Y así aprovecho para explicar cómo funciona esto de la MTC.

Primero saco mis conocimientos en idiomas e intento traducir que nos dice GLORIA. Lenguaje de la tierra en este caso, pero fácilmente asimilable a las reacciones de un ser humano. Observando el temporal me imagino una persona muy enfadada, iracunda, incapaz de sostener sus emociones. Es como cuando un “jefe” te pega un “chorreo” que te deja sin palabras. Sus vocablos son gritos que asemejamos al viento. Pero ¿tiene razón nuestro estimado jefe para gritarnos así? Seguramente que no. Lo que sí sabemos es que ha aguantado muchas presiones y algo finalmente le ha hecho “explotar”.  Siguiendo con el símil de la Tierra: ¿Cuantas agresiones lleva soportando? Lo que vemos es que cada vez que se queja más a menudo y con más fuerza (al menos eso dicen los técnicos).

Resumiendo: esos síntomas (viento y lluvia o gritos del jefe) son la consecuencia de un estado de desequilibrio. La Tierra la estamos sobreexplotando y al “jefe” parece que también. Alguien lo está llevando al límite y aparece por mi consulta pidiendo ayuda. Aparte de pegar gritos, duerme mal, le duele la cabeza y siente que lleva una mochila de piedras sobre sus espaldas.

Segunda parte de mi trabajo como acupuntor.  Revisando esos síntomas, sean del “pobre jefe iracundo” o de la Madre Tierra llego a unas conclusiones. Lo que en la Medicina alopática llaman diagnóstico. Lo nuestro lo titulamos “valoración energética” que queda más suave.

El resultado es el mismo: un importante desequilibrio de las energías básicas (yin y yang entre otras). Y ahora hago lo que parece más difícil de mi trabajo: encontrar entre mis herramientas algo que sea útil para compensar ese yin y yang (podríamos enumerarlos como electrones y protones, positivo y negativo, etc.) Realmente lo más complicado es entender el idioma del cuerpo humano o el de la Tierra. Lo de las herramientas es mucho más fácil. Eso de poner agujas, utilizar el calor o una ventosa, eso es sencillo aunque no lo parece.

Estirado en la camilla con sus agujas puestas el “jefe” parece más relajado. Ahora me permito pensar en la Naturaleza. Siguiendo con imagen de la Tierra presiento que como en cualquier organismo si no nos paramos a modificar las causas de su enfado este cada vez será mayor y más complejo de equilibrar. ¿Estamos aún a tiempo?

 

Ángel López
Profesor de Acupuntura y MTC de la Escuela Mans

 

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